miércoles, 15 de febrero de 2023

REMERA

 Mísere, mísero me.

Señora, escúcheme, cómprele una remera a su niño. SU niño pasa frío, su hijo pasa hambre, No le pegue, el no pidió nacer. Señora, déjelo vivir, no lo mate, no es para nada ni mucho menos, algo muy  difícil de entender.

Por supuesto!, respondió la interpelada, desde ya que lo mataré!!! Ni siquiera me importa, ahi está unicamente por accidente!!!!

Discúlpeme?! Está hablando Ud. conmigo? Solamente le dije que lo abrigara, puesto que hace en la calle mucho frío.

Mireme, a mi me importa muy poco su hijo, no me importa que haga frío, es más, si quiere, mátelo. 

Solamente le dije que le comprara una preciosa REMERA.

Escúcheme, Señor, A mi No me importa en lo más mínimo el frío que haga!!!!

Y muchisimo menos su muerte, si no lo maté mientras estaba en mi vientre, ahora a mi, muchisimo menos me importa su hijo, sabe que? Mátelo Usted.

Por Supuesto que lo mataré! Y, desde ya que no me importa, le corté la vena aorta incluso, antes de nacer.

Desde ya, a mi no me importa, el no pidió nacer, y yo tampoco lo quería, sabe que hice? Despreocúpese, el niño yace inconsciente en el suelo, la sangre chorrea sin pausa. Sabe que?! No se preocupe, el de ninguna manera, pidio nacer?!

Sabe una cosa, y a mi, es más, me importa muy pero muy poco su destino, es más? Sabe una cosa? En la bañera lo desangré.

Señora, perdone, disculpe usted, por pedirle que tan solamente cubriera su desnudez.

Mire, caballero, a mi me importa muy poco lo que  pueda pasarle, el no pidió nacer, y yo, evidentemente, no pedí que nazca. Agradézca que lo maté, lo maté, PARA QUE NO SUFRIERA.

Sabe que pasa? Ahora no sufre, se fue sin remera, pero no importa, no se preocupe, cuando mire usted hacia el cielo celeste, su memoria la acusará eternamente, Visto y Considerando, que se fue sin remera. Ahora tiene un costurero de nácar dorado en el cielo, en el cénit de la bóveda celeste, y a mi, personalmente, me importa muy poco, si le compré, o no, una remera.

En memoria de todos los niños asesinados y muertos en el mundo todos los días, de Lucio A. Dupuy, de todos los niños en Siria, en memoria de los Santos Inocentes.


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