sábado, 11 de febrero de 2023

Consumado es!

Amo no odiar la soledad. El más puro e infame acto de la grandeza es la soledad. Ese día sentí un exceso de soledad. No fue un exceso, fue peor que eso.

Ese día, sentí que me abandonaste. Después me di cuenta de que no, de que no me abandonaste, que solamente estabas jugando a las escondidas.

Eloí, eloí!! Lemá sabactani?! Consumado es.

Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? 

Hecho está.

Y entonces resucité.

Entre los escombros de la muerte entre la soledad, pendiendo de un hilo, mi vida se iba.

Y se cortó el cordón de plata.

Entonces se fue. Mi vida con el. Con el.

Pero no. No pudo irse del todo, acá estoy yo, dijo el que me sostiene, el que nunca me dejó, el que se escondió!!

No se fue, se escondió.

Que maldita agonía la que acribilla mi tristeza y se va, como se fue una parte de mi historia ese día, que inenarrablemente maldigo, con perdón de la palabra que no tiene perdón.

Eloí, Eloí!! Lemá Sabactani!! Hecho está!! Volveré, como vuelven las oscuras golondrinas, de los balcones, sus nidos a colgar, en la más oscura soledad, mientras se desgarra mi alma adentro mío, tu belleza vivirá para siempre en mi inconsciente, mientras viva. Viviré. Así Será. Consumado es!



 

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