Mira las hadas, como vuelan, ensimismadas en un mar de algodon de seda, mientras lanzan pequeños hechizos y sortilegios al aire candente que te rodea!
Mira los duendes, como caminan y saltan entre el pasto verde, hacièndose amigos de las coloridas musas ninfas del etéreo Ocaso.
Cuando dejen de caminar esos duendes, y de volar esas hadas... te dejaré de amar, dejaré de extrañarte como se extrañan las noches sin estrellas, las mañanas bellas.
Mira el espejo del Nahuel Huapi...mira tu bella cara despeinada y esa barba incipiente!
Iluso mojigato! aún crees en duendes y hadas?
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