miércoles, 7 de enero de 2015

Dejémoslo ahí


                            Decir que uno tiene vida social, ¿es lo mismo que decir que uno tiene redes sociales?. Definitivamente no, ¿No?
                            Tengo un gato que tiene Facebook y no tiene vida social. Por una cuestión básica, no piensa, no razona. No es que no viva en relación con la sociedad, sino que no lo sabe y por lo tanto no le preocupa. Por lo menos no le preocupa tanto como me preocupa a mi el hecho de tener tan pocos likes en mi último estado. O el hecho de que el chico que me guste sea colombiano y no poder conocerlo en persona porque está en Colombia y yo estoy acá. Y nos conocimos por culpa de una red social.
                          Aceptémoslo. Mi vida social es puramente virtual y ficticia. Soy como esas personas que juegan a Sim City y de repente son alcaldes y tienen una ciudad. Pasan horas, días enteros planificando esa ciudad. Pero esa ciudad en la realidad no existe. En la realidad, hay una ciudad en la cual caminamos como zombies entre escombros. Una ciudad de la que ni en nuestros sueños más delirantes seríamos alcaldes. Una ciudad donde nos tocan bocina si cruzamos mal la calle. Donde tenemos que comernos el garrón de pagar los impuestos cada mes o cada dos meses (y maldecir por eso). Donde tenemos miles de problemas que odiamos pero no podemos solucionar.
                         En fin...¿es realmente tener vida social estar en una red social? ¿o solo es solucionar nuestro profundo problema de soledad con un poco de reconocimiento virtual?
Como diría Neustadt: dejémoslo ahí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario